29.12.07

Aplano las calles de mis cerros de nuevo y atrás hay cien días de ausencia. Y aún se levantan las palmas desde la otra vereda, todavía se descubren sonrisas espontáneas en los encuentros y fácilmente nos enteramos de la última de cada uno de los navegantes que merodean estos suelos que enfrentan el puerto. Me parece que me faltaba eso. El calor de mi gente. Allá no hay nadie que me abrace.

6.12.07

Bueno, era porque no escribía hace un rato, ya estoy bien, no era nada

A veces me largaba con algo. Bueno, algo que brotaba de por ahí, siempre de la fuente de la vida. Pero esta vida vacía que me queda entre las cinco y las diez, sabe a poco. No puedo volcarme con algo nuevo, no nace nada. Los días se pegan entre sí, no se ve siquiera un prepicado que permita contrastar uno con otro. Encima el hielo envía sus ondas aprovechando que el balón de oro recogió sus maletas y al sur. Y yo ya pensé de todo, no dejé cabo suelto. Paso uno tal, si contesta equis entonces tal, pero si en vez calla es porque no hay interés, por ende paso atrás, en cambio me parece que en lo de los embarques para concentrados debería seguir el consejo del viejo ese, porque siempre lo mira desde un lugar alejado donde no lo puedo yo ahora ver. Así me veo repitiendo una y otra vez las mismas estrategias, porque pongo mi existencia en algo que ahora no es, y proyecto y proyecto, un modelo de realidad que no existe. Quizá porque no me quepa nada para el instante, que es el mismo de recién y casi igual al de antes. Entonces no veo nada. Ahora se escribe igual al Ahora que acabo de traspasar. Por eso pongo esta superficie blanca delante de mí, para tratar de conseguir un distingo, pero no imagino como sacarle el vacío que la invade. No tengo nada para pintarle esa cara insípida, deslavada que enarbola. Aparte con la esperanza que debe de tener, como cualquiera de ellas, de ser portadora de algún mensaje potente y, sin embargo, la elejí justo en este momento inasible para la caja de las memorias, entonces la vomito y la voy enredando y obnubilando hasta dejarla condenada a un estado vegetativo por mi egoísmo; si no estaba para rayarla tenía que haberle permitido mejor vida, pero la tomé a esta hoja, para sacarle su desierto de hielos, con el sólo objeto de protestar por tanta planicie a mi alrededor. Pero ya hablé de mi egoísmo, no tenía porque arrastrar también a esta hoja en las arenas del olvido y menos arrimarla tan cerca de este agujerooooooo

22.11.07

aparte no hay quien las reciba

Sólo funcionan los semaforos hoy y por ahí oyes el sonido de un auto pasar. Pero no sopla ni el viento. El famoso día-de-gracias. Ni para comerse algo hay. Todo es candado y letreros the i'm sorry, we really hope you... we really hope you nothing, no me sirve para nada tanta disculpa. No funcionan las salas de cine, no contestan los teléfonos, está cerrado el bolichito donde muestran los deportes. Qué se puede hacer en el día en que se comen todos los pavos de este país, dejen alguna sobra al menos. En la oficina no vi un alma, menos en todo el complejo. Sobraba lugar para dejar el auto. Trabajé, trabajé, trabajé, trabajé y cuando me di cuenta que estaba cansado y que quería irme a casa, al mismo tiempo supe que no había nadie más en esta ciudad. 5 horas de noche antes de acostarme me quedan y no sé que mierda se hace en un día tan aburrido como el de hoy. Sólo sé que tengo que dar las gracias este día jueves, pero no sé qué justifica hacerlo

13.11.07

Speeding

Noventaydos, haber, cuanto es, mmmm, tac-tac por tac-tac-tac igual, ciento cuarenta y siete, no se puede creer, sí que iba rápido ehhh!!, pero bueno, cuatro horas el viernes, ocho el domingo y cuatro y ½ el lunes, bueno, sino te agarran, eres maradona del ochentayseis. Pero que te pistoleen a ocho miserables millas de casa es de una infamia... –ahí viene– yes visiting, how long?, ehhhhh, two months, yeahh; clac, clac, clac –mi mandíbula–; on may the seventh, nineteenseventy, yes that no says there I know, I am foreigner –chiflón por la espalda, por mientras–; mmmmm, the insurance?, mmmmm, is this?, no it isn't, so what about this –puta, era por suerte– yes, is from a friend of mine –como le explico que no es arrendado a este paco de mierda– no, no, just for a while, I am visiting –se fue pa' tras por suerte, yo creo que zafé, uyyy, ahí viene de nuevo– my sign? where? at the red box?, ok; yes I understood; what should now happen? the court?, rrrrrrrrr –diente con diente – ok, thank you very much, I appreciate –le termino dando las gracias más encima, el muy hueón, pero que más hacía–. Cincuentaydos.

8.11.07

mándenme al genio ese del de el ajuste horario

Hace menos de una semana, hundía las nalgas en la espuma del asiento frente al escritorio cuando el sol apenas levantaba, y las sacaba a tiempo de llegar a casa con luz de día. Hoy, cuando hago crujir el cerrojo a las mismas cinco de la tarde, de tarde no queda nada. Entonces cuando ya he hecho tres o cuatro cosas, miro al de las agujas y dice seis y media. Invento otras dos estupideces más, son siete y cuarto. Y con tanta noche por delante, no me queda más que ponerme a escribir simplezas, que no sirven más que para que sean las siete tres cuartos, porque de las siete parece que no salimos, entonces busco la tv, pero claro, que puedo ver ahora si no tengo cable ni antena, ergo –qué horrible palabra, pero ahora me queda– reviso mi correo por septuagésima vez en el día –ya dije que del siete no salíamos, por eso tantas– y se cae la maldita puta señal, que en realidad llega porque a los del frente les sobra, pero por momentos se la quedan toda, entonces me obligan a cambiar de idea –qué idea dirán algunos– de pasatiempos quise decir, pues entonces vuelvo a esta insensatez que vegeta en la rompiente, sin quilla ni cabo, mientras resiste el fuerte peso del segundo, que ya casi no transcurre, pero ahí delante están las ocho, sí, son ocho por fin, y quedan diez segundos, pero son segundos largos, tan extensos como ya había visto acá una vez, pero de pronto, tín!, el instante anhelado, las ocho, sí, no cabe dudas, y entonces se me empieza a acabar el efecto de ordenarlas palarbas biii mekiboco, ennotces ueq uhccha ghao hstaa las zied hoara...... snnnnnnffffffffffffff..... rpiesro no sám... snnnnnnffffffff...... fffuuuuuu....... snnnfffff...... fffuuuuuuu


¿inspirar sonaba con una i entre la n y la f, no?
09 Nov. 07

1.11.07

ni tampoco sabía decirlo, por lo demás

Y claro, ahora debo embutírmelos uno a uno, cómo iba yo a saber. Si tan sólo hubiese seguido el consejo de mi madre, ahora al menos tendría unos kisses para devorármelos gota a gota. ¡Pero tenía que haberlos cambiado por estos masticables que más parecen plasticina abarrotada de alquimia, que un producto para consumo humano! Si no sabes la respuesta y estás entre dos, deja siempre la que elegiste primero, no cambies de decisión al final, la recuerdo a ella con ese dedito así para arriba. Pero pensé que a estos niños, qué niños me digo ahora, les iban a rayar estos skittles y starburst, porque siempre los he visto rellenarse hasta la traquea con estas golosinas como si tratara de quien hace la bola mayor. Así que bueno, en ellos pensaba, y ahora me veo como dándole explicaciones a mi vieja -que nada entiende de esto- por el repentino vuelco que hice esa tarde cuando me preparaba a última hora para la fiesta. Fiesta que los locales venían avisándome hace semanas, con esa multiplicación infinita de calabazas de todas las formas y el despliegue horrendo de telarañas artificiales con que forran cada arbusto indefenso en los jardines anteriores, que acá a veces se escapan hasta el borde de las avenidas. El síndrome del gigante egoísta todavía me embarga, si tan sólo hubiese tenido que levantarme al menos una vez para separar la puerta del muro. Confieso que entre las dudas, hice el ejercicio de hundir el timbre, claro, si no sabía si lo tenía, hasta ahora no le sabía el sonar. Esa bolsa de chocolates que quedó desordenada en el otro estante del supermercado, era especial para tenerla abierta ahora, así la decepción tendría tregua, pero pienso, cualquiera se hubiese dejado llevar. El paquete de los masticables decía, 90 pieces, perfect for trick or treating, todo anaranjado así, me brillaron los ojos cuando imaginé a los niños en hilera con esos disfraces que han esperado semanas para poder estar colgados sobre sus pequeños dueños. Mamá siempre tiene razón, no debí haberla cambiado si no sabía. Encima si acá en el pueblo van todos al parque y claro, los fuegos artificiales tampoco los vi, ni tampoco esas calabazas rodantes de las que hablaba una señora esta mañana, mientras hacía cenizas con la otra mitad del cuerpo hacia el interior de su casa. Lo cierto es que anoche no abrí ni bolsa ni puerta durante la espera. Y ya cuando desperté helado con la cabeza abollada contra el escritorio, supe que la fiesta no era para mí, y si claro, nadie me había pedido en realidad colaboración alguna.


trico-trí trico-trí
31 Oct. 07

29.10.07

descanso

No puedo dar con el otro lado de la noche sin sacar las narices de los sueños, se me corta la película. Cómo quiero poner la cabeza en la almohada y pasar directo al manotazo defensivo con que reduzco el trastorna tímpanos de las seis. Quiero una apnea que cruce costa a costa todo el ancho de la sombra, para luego emerger mansamente en la otra orilla, habiendo tirado todas las bolsas de arena del estrés y de los deberes. Extraño despertar en la tibieza de mi cama junto a la ya distante sensación del reposo profundo.

24.10.07

son las siete

en la penumbra abro mi puerta, el frío afuera me perturba un poco, hago escalones abajo hasta dar con la loza y enfoco al único auto gris del complejo, un zumbido me indica acceso, el ordenador al suelo, las llaves en una pequeña hondura antes del pedal, los anteojos, el horrendo aviso de cinturón, la curva hacia la izquierda, la esquina de discos pare múltiples, cinco cuadras, dos luces y se abre la explanada del parqueadero, los jardineros que terminan su labor, una hoja se bate y al unísono un equipo de aire fija su soplido en mi cabeza mientras atravieso el umbral, una sirena tizada embellece el lugar que huele a tostado, y la barra me pregunta if my doppio, yes, my starter please, un par de billetes, un cartón reciclado, la silla junto a la ventana, mis párpados estirados, el naso haciendo su mejor tarea, mi boca entreabierta y la cafeína que se tiende poco a poco mientras mi nuca se acerca deliciosamente al cristal que sujeta al resto de mi cuerpo, unos pocos segundos, inspiro lentamente el aroma africano que me envuelve y me saca de ahí, hasta que se pierde el embrujo y mi cuello se vuelve, las venas me pulsan, mis piernas me levantan y mi pecho le quita un montón de aire al lugar, apenas antes de que mi día comience

son las siete

18.10.07

Ella decía al cerrar su libro, ¿Cómo puede alguien desvestir sus heridas al mundo de aquel modo? Allí donde escribir duele con más ahínco, allí es donde el autor me obliga a ingresar. El talento tiene mucho de valentía, no hay don que no acarree cierto suplicio.

Suscribo plenamente con su sensibilidad; ser capaz de poner un latido a disposición de tu referente y conseguir que éste se alinee en él, es un arte sublime. Cómo me gusta que un cineasta me lo haga, qué tremendo goce es hallarlo entre las letras de un libro.

7.10.07

segundos

Es loco porque aquí pasa todo tan lento que se pueden ver hasta los segundos. Mira, ahí va uno, ¡plin!, se desbarató todo. Allá va otro dando al curva, buou-uou-uou, una gelatina informe. A este que viene acá le voy a tomar el tiempo porque los segundos de ahora vienen gastados, ya no tienen las piernas de antes, están repajeros. Claro, este ya está pasado para ser segundo, si tarda más que la señora Delia cuando intenta darle al botón correcto para recibir una llamada que viene con un grito ahogado desde el tercer fondo de su cartera hace ya unas cuantas cuadras. Con razón el día se estira como el plástico fresa que une la suela del zapato con el asfalto cuando el paso se torna incómodo. Este otro segundo viene hecho mierda, se ve por sus hombros caídos y esa panza descuidada. Así, se pueden contar todos ellos, al punto que ya junto veintiocho mil seiscientos doce, pero claro, me estoy quedando dormido, porque comienzo a enredarme y a perder la cuenta. Corro el riesgo de que, en una de estas, se apague todo y empiece repentinamente mañana, mal no estaría. Espero que entonces, estas fracciones de tiempo amanezcan menos soñolientas. Mucho sería pedirles el vértigo de un monoplaza rampante de maranello, como normalmente transcurren las cosas en los despertares de domingo, así los prefiero yo, al menos. A esta secuencia habría que meterle gas, porque sino, no habrá triana que vea la otra orilla.

3.10.07

piano piano si va lontano

Colombia, en el agua
Brasil, on the way

Here we go!!!!!

26.9.07

32

Treintaydos patas se posaron hoy sobre la carpeta marrón que esconde el piso de mi apartamento. Me sostienen ahora a unos doscientos centímetros del cielo cada vez que me dejo inclinar hacia atrás, en un desplazamiento progresivo de mi peso hacia los muslos hasta que logro el contacto anca-reposadero. Con tanto dispositivo puedo ahora trasladarme y sentir así estar en distintos lugares. Desde aquí puedo ver a uno de esos monstruos rodantes pasar sobre la avenida y de acá observar como esa nube borra las llamaradas del astro mayor. A este otro lado puedo enumerar, de entre la pila, cada una de las prendas blancas desvestidas que esperan un giro en la máquina de moler ropa con que cuenta mi complejo. De aquel lado hay una pegatina en la que no había reparado, for your safety read before lightning, pero ya me habría quemado antes, meu deus, tanta paranoia. Así voy disfrutando de los adentros y afueras que tiene mi nuevo abrigadero. Atrás quedó mi escritorio todo de loza y mis comidas acodadas al mesón de la cocina en las que variaba con alguna que otra ronda entre bocados. Sí que este se parece más a un lugar para vivir.

22.9.07

Ah!, bueno

En la recta final venía pensando cómo lo extrañaría. Ritmo ciego a la meseta del descanso en cada subida. Sentir mis piernas trabajar fuerte en el retorno a casa, una y otra vez. Me es fascinante desbocarme pendiente arriba acortando el tiempo del esfuerzo, aunque necesite mover más aire al hacer el remanso. Qué ejercicio motivador me resulta ese y sí que me iba a hacer falta allá, pensaba. El juego de repasar los cerros del puerto. Moverse rápido y libre, me copa totalmente. Pero bueno, San Francisco. Ahhh!, bueno... jaja

14.9.07

viernes

Hoy no iré a mi barcito de los viernes, como acostumbro, para escuchar las sentencias sobre algún libro que se desprende o para hacerme de los detalles del reciente paquete de féminas que aterrizó en un bulto postal, extraviado, desde algún rincón lejano. Sin embargo abriré el sobre con la ensalada hecha jirones para llenarme de fierro, como aconsejaba mi madre, y sumaré tres tragos de zumo exprimido, como siempre. Como nunca me faltará el mar y esa luna que de cuando en cuando platea las entrañas de mi guarida, aunque sí me adentraré entre ese manojo de cuentos, que de alguna forma ha sabido hallarse al alcance, toda vez que estiro el brazo desde mi cuerpo plegado. Aunque hoy es viernes como nunca, no me alcanzará para verte, pero sí para extrañarte. Y si ahora abro la ventana y no consigo el cerro ancho será porque hoy no es el mismo de los viernes. El insecto que se daba en el cristal parecía el mismo, pero el aire que penetra la sala no me es ya familiar. Hoy no puede ser uno de ellos; no me viene el tango silbado hasta lo más álgido, como siempre, aunque me confunde la cafeína que invariablemente sella la esquina de mi boca. Me pierdo. Busco la agenda y me sigue diciendo, viernes. Algo ha cambiado. Algo me dice que mejor no vaya hoy a mi barcito de los viernes, como acostumbro

20.8.07

Cuando se piensa demasiado se va uno a otro tiempo; o se proyecta hacia adelante o se merodea en los recuerdos. En cambio cuando alcanza uno a sentir su propia respiración, se está acá. En el ahora. Vivo

6.8.07

Te conté lo que me dijo mi tío cuando me venía a América. Bueno, tú sabías que mi papá tenía otra mujer acá. Entonces me dijo: cuando llegues, él te va a tomar en brazos; cuando lo haga, tú le das una cachetada. Él te va a decir, ¿y por qué me pegas una cachetada? Tú le contestas, te la manda el tío Antonio. ¿Y por qué?. No sé, me dijo que tú ibas a saber porque

Y resultó perfecto.

24.7.07

Mi estado de dormancia con las letras no puede ser mayor. Mi cabeza concatenando ideas que no llegan al papel. Un candado cierra mi imaginación; no puedo hilvanar palabras. Mientras dure el letargo, mejor sumirse en algún libro a la espera de la luz

6.7.07

lo más genial de la lectura, es que la imaginación sobrepasa unas cuantas veces el contenido del texto

26.6.07

del hacerse cargo del propio presente y la retrospectiva, a la tranquilidad

en esa paz, el camino por el cual se quiere ir

en este camino donde uno se siente bien y siente bien, la felicidad

en esa felicidad, la búsqueda de la belleza de manera ahora menos inconciente

de la belleza, a sólo un paso, el amor en cualquiera de sus formas

8.6.07

construir con palabras un puente indestructible
para que no haya telón ni abismos


se me vinieron estas dos frases de Benedetti,
que hoy por hoy me hacen resonancia

1.6.07

"uno aprende a amar, no cuando encuentra a la persona perfecta, sino cuando se aprende a creer en la perfección de una persona imperfecta"

Leí esta frase en un comentario de un blog; no la suscribo...


Para mí uno aprende a amar cuando aprende a aceptarse a sí mismo. Una vez que uno ya se acepta, puede exteriorizar sus sentidos en otro y llegar a amar. En suma, para mí el amor llega cuando uno deja de buscar la perfección, pero en primer término, cuando se deja de buscar la perfección en uno mismo.

Sin darnos cuenta pensamos que estamos buscando la perfección en el otro, pero es en uno mismo, porque es lo que YO quiero. Por eso pienso que sin amarse uno mismo, no se puede llegar a amar al otro, ya que éste representa un reflejo de lo que estamos necesitando. En el fondo de quien uno verdaderamente se enamora, es de uno mismo.

29.5.07

La mente siempre se entromete.

No sé el por qué, pero la razón siempre quiere entrar en terrenos que no le son propios. E insiste en esbozar definiciones en donde no se requiere de ellas. Quiénes somos, dónde vamos, cómo somos. Y luego nuestro ser se hace cargo de esos monstruos que modelamos y cargamos entonces con el peso de nuestros temores e inseguridades o con nuestras fortalezas a las que les debemos ser fieles para que no se rompa esa imagen que se ha creado en torno a nosotros.

Así como la música, que es sólo en ese momento y después ya no es. Así como el teatro que es en ese instante y luego sólo quedan las trazas que nuestra memoria atrapó. Así como cualquier arte escénica, como la vida misma, somos sólo en ese instante y luego ya somos otras personas.

¿Por qué la razón nos atrapa en la definición y nos confina en un espacio donde el aire es limitado y cuando nos damos cuenta, si lo hacemos, nos cuesta un mundo derribar esa empalizada que ha cercado nuestra vida?

25.5.07

No sé si el que escribe, cuando escribe, sabe si lo hace bien o mal, sólo sé que lo hace porque le gusta

Imagino además, que el anhelo íntimo o involuntaria búsqueda de un escritor, es ameritar que una vez agotada su vertiente y apagada su pluma, haya entonces alcanzado una sepultura en el viento

23.5.07

Te fuiste justo diez años después de los helados en piazza navonna, aquellos que jamás olvidáramos. Hoy cumple un año en que sólo puedo visitarte en mi nostalgia. Para hacerte más vivo iré a tomarme uno a cualquier lugar. El del chocolate de los recuerdos



.

15.5.07




técnicas de viaje en solitario

8.5.07

Cuidado, no te vayan a cogotear. Acelero paso en ascenso del cerro. Ya conchatumadre anda pasando..., tranquilos muchachos. Dos arriba alzando navajas o supuestamente, porque con tanta noche no vi sino una línea marrón a cada lado. Dos me limpian abajo, mi espalda contra la pared. El celular el celular, no tengo, tranquilos muchachos, tranquilos que se llevan todo. Pobre que gritís, tranquilos, no pasa nada. Cero adrenalina, me marcho silbando la canción que llevaba, ahora sin la entrada a casa.

Algo me gusta menos hoy.

4.5.07

Fíjate que cuando yo era niño, me decía don nico en los catorce asientos, vivía en el campo, yo te he contado, en la campiña del sur italiano, en casa de mi abuelo materno. Sí, claro en potenza, le confirmaba. Bueno, cuando yo ni siquiera pasaba el metro de altura, cabalgaba un burro...

Para más ...

30.4.07

si tienes duda de lo que vas a entregar, cree
en cambio si crees en lo que vas a entregar, duda



Palabras más palabras menos,
me quedó esta idea que recogí alguna vez por ahí

26.4.07

Una crónica veloz reza ‘proyecto minero daña glaciares de alta montaña’
El dinero hoy, la sed de mañana
El indio nunca buscó el oro y amó su tierra. El blanco ninguna de las dos y aún no alcanza su hartazgo ni felicidad, pero sí la amargura del indio.

La crónica permanente reza ‘cuerpos, golpes, diversión pagana, desprecios mutuos’, y sigue así la rueda
La masa se distrae, el rico saca el oro, el obrero se resigna, el indio llora silenciado, la tierra se empobrece, las sonrisas se apagan, los corazones se endurecen.

El hombre ha quitado la mirada en sí mismo. No le importa ya su propio ser, pero no se da siquiera cuenta. Mientras cava su propia tumba mira para el lado sin notarlo
y no despierta

22.4.07

A veces imagino que al dormir despierta uno en otro lugar, en otro mundo, donde se es otro hombre. Son dos las personas que alternan la misma única alma. Por eso ahora que estás aquí en este mundo, más vale que evites tormentos, tal vez estés siendo soñado por otro individuo que eres tú mismo ahora dormido en otro lugar. Así el ejercicio metafísico continua



como en los juegos de Borges
21. Abr 07

17.4.07

hay que ser justos, a murphy se le cargan muchas cosas, quizá demasiadas

8.4.07

Cuando llegué a la plaza, las dos chicas me miraban con un signo de interrogación en la frente tan grande, que con su peso les arrugaba la piel justo por encima de sus narices. Rompí yo. No me van a decir que no se van a acordar que fue ahí donde se me ocurrió, volviéndome a unos cuarenta cuerpos atrás, hacia la que ahora era subida. Parecía que les hubiese entrado un vacío hasta la garganta que les cerraba el paso del aire contenido en sus torsos. Era un silencio tan profundo por la sorpresa, que no tuve dudas de la excentricidad de mi acto. Atentado terrorista, exclamó por fin una, con una sonrisa en cara y en evidentes letras mayúsculas. Yo tampoco entendí nada de nada, agregó la otra, mientras retomábamos curso hacia nuestro destino. Se me ocurrió algo, y lo apuntaste en seguida, me interrumpieron mientras entregaba las primeras pistas. Así, en el muro, recalcó la más exaltada, con las órbitas aguzadas y en la fase dos de su asombro. Hasta que saqué de mi bolsillo las papeletas cartucho claro que a veces acompañan mis pasos errantes. Ah! dijeron en tono comprensivo, aunque me pareció que todavía una de ellas mecía su cabeza.

Mero camino y el concepto me seguía creciendo. Mientras hacíamos el trayecto en tren, a la idea ya le había salido un pie y una mano. Aún cuando ésta no me distraía del todo, ya que la interacción con mis amigas era rica y el paseo por la ciudad se tornaba excitante, mi mente, gobernada quizá por otro yo, volvía con otra pieza más que ensamblaba perfectamente. No cabía duda. Era un momento de papel. Pero el repaso de la arquitectura me era también fascinante. La diversidad y singularidad de las casas que se diseminaban en esa colina, entre prados y flores, eran muy sugerentes. Así que me mantuve acoplado hasta que se asomó una banca, un lienzo de distintos azules y un sol que apenas se sostenía. Dejé a las chicas aturdidas en la belleza y me desboqué a pasos solos. Necesitaba imprimir cada una de las salientes que habían brotado de mi ocurrencia. Pero mi apoyo no aparecía en medio de la calle, entendía que no volvería a escribir contra un paredón. Fue como me puse a anotar en diagonal sobre un parante que toleraba un no estacionar a ambos costados. Mi mente conectaba al fin mi mano derecha y empezaba a gozar de mis primeros desvaríos. Pero ya había notado yo, que un niño, que apenas hacía pie sobre su bicicleta, no hacía más que observarme. No quería cruzarle mirada para no interrumpir mi impulso. Fue insuficiente. Qué estás haciendo, me preguntó. En un intento por ponerme a su altura, qué ingenuo, y por recuperar el silencio, le contesté, estoy haciendo las tareas. No sé cuantos giros le habrá dado a esas cuatro palabras pero volvió. Y por qué las haces ahí parado. Mi auténtica risa interna me sacó del papel. Qué tipo raro habrá pensado. Es que se me ocurrió justo ahora, respondí, pero para él, eso, ya estuvo demás. La cadena se había tensado y ya halaba el piñón trasero. Antes de que se ahogara el murmullo de rayos, para mí era claro. Debo ser un rompecabezas a la comprensión mundana.



La idea
01 Abr. 07

4.4.07

¿estarán bien las prioridades en transportes?

El Estado ha gastado
* + de US$1600 ($800.000 pesos) en cada usuario de Costanera Norte
* + de US$3000 ($1.500.000 pesos) en cada usuario del Metro
* versus US$15 ($6.000) en cada usuario de Transantiago
Fuente: Ciudad Viva

2.4.07

cuando te venías a mí, de repente me salió una cara de tu hermana, así entremedio, de entre todas las tuyas

28.3.07

No me da mucho por citar, pero que bien que me quedaron unas palabras de George Sand una vez. Me hicieron mucho sentido...

La inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón

26.3.07

Una infatigable garúa tejía un manto de agua sobre nuestras cabezas y hombros ante nuestro desconcierto. El halo anaranjado vertido por un farol nos la desnudaba a los ojos, que de momento sólo habían notado la espesa niebla de la noche. Habíamos dejado atrás un par de vasos vacíos y algunas risas en aquel bar de viernes sucesivos donde engranábamos el apego porteño. Estaba lejos el invierno aún, de ahí a que esta nebulosa frustrara nuestros corazones. Aparte, hacía una semana que nos habían cortado los días con esa medida que se entromete en la regulación horaria, la cual nunca he compartido del todo. Unido a la llovizna, alejaban los telones estivales para dar paso a los de los abrigos y encierros, en los que normalmente se escucha el resonar de las aguas contra los tejados de ondas. Por entonces, ella y yo no sabíamos que tanto más quería el uno del otro. Ahora que empiezo a despertar, pienso que su respiración debía estar resoplando las sábanas blancas que juntos estiráramos sobre la cama ancha de la habitación contigua. Imagino sus ojos celestiales naciendo una mañana de sol y mis dedos recorriendo lentos la cornisa de su muslo, el remanso de su cintura, y luego cruzando la sinuosidad de su caja hasta caer por la redondez de su hombro desnudo, y su piel. Y sigo aquí pensando si al levantarme le puedo dar un abrazo fusión o simplemente uno suelto y cómodo, de manos haciéndole el dorso, casi sin tocarla. Puede uno hacerse amigo de una chica, me pregunto, sin que los corazones dejen crecer alguna parte tierna en ellos. No es cualquier amistad siento, habría que recoger los frutos que reverberan de nuestros encuentros, pero y si para ella era sólo eso, amistad, anoche no dio muestras de otra cosa. Ahora que estoy encajado en la tibieza de mi cama temprana me pienso la pureza de su cara viniendo a mí y sus labios haciéndose pequeños para dejar de darse, por fin, con alguna de las hendiduras que dividen mi cara. Me llevaría los labios mojados y el recuerdo de su boca. Y ahora que no puedo dejarla fuera de mi vigilia en esta mañana gris que ya se insinuaba antes de que acabáramos de doblar las rodillas hacía unas pocas horas, me pregunto si puedo ir por algo más de su piel cuando me levante o será que se rompe el equilibrio prístino de la amistad. Sea como sea, sí que me quiero quedar con sus besos.





Salí con ella
17 Mar. 07

11.3.07

La mujer toma el documento mientras repasa su cara con una mirada fija. El tipo, de manos en los descansos del pantalón, le corresponde descuidadamente escaneándole también su rostro moreno, en una revisión serena.

Para más ...

5.3.07

por los brazos caídos
con los corazones llenos,
por nuestros cuerpos mojados


_ _ _ _ _



.

19.2.07

las manzanas que se borraron de la historia del puerto

por suerte los ojos coirones tallaron vida a un entorno que ya no será

8.2.07

y me dan vueltas y vueltas

que linda es la vida dios mío,
que vida tan linda

mi abuelo de 96,
a setenta y nueve días
de la despedida

3.2.07

y voy ligando la percepción del entorno con mis recuerdos y aprendizajes de mi reservorio gris, que de pronto son coloreados para entreverarse con los pasos que justo ahora me abren a la inmensidad

en mi memoria un manojo de días desperdigados que van palideciéndose hasta deshojarse en momentos imprecisos conforme mis nuevas mañanas van acodándose en su lugar hasta desplazarlos

y caen vueltos sepia en la ciénaga inconmensurable del olvido hasta que otro ahora los pigmenta de nuevo para volverles la vida, por mientras mi suspiro y mi complacencia y mi íntimo deseo de recorrerlo todo de nuevo desde ese ahora que fue ayer


la nostalgia es mi único equipaje

6.1.07

Qué sacas con perseguir inagotablemente tu juventud si con la levedad del instante va borrándose imperceptible algún punto en su contorno.
El alma puede ir en sentido inverso.

2.1.07

y si se te aparece la mente justo cuando tenías que borrarle los besos de otra boca diciéndote no sé que cosa que tiene apenas veinte años o que es cuñada de tu mejor amigo entonces no se toca y tu cerebro se pone por sobre tu músculo fino que viene avisando te sucede algo con ella

y si es tu cabeza y asoma el freno de un taco o de un remo clavado según sean tus imágenes del viaje hacia ella quizá a pecho lleno haciendo las notas más dulces de tus registros haber si es la mente la que estorba otra vez

y si es ella otra vez tu parte más gris que aparece justo ahí de nuevo ya es tiempo de hacerle una buena verónica no vas a pensarte en absurdos que que cómo vas a dejar pasar la belleza de una mujer que golpeó tus emociones no hace falta engañarse que ella se largó tocada

vé y destrózale los ojos al punto le pides sus labios que así le haces cariño a su corazón