29.10.07

descanso

No puedo dar con el otro lado de la noche sin sacar las narices de los sueños, se me corta la película. Cómo quiero poner la cabeza en la almohada y pasar directo al manotazo defensivo con que reduzco el trastorna tímpanos de las seis. Quiero una apnea que cruce costa a costa todo el ancho de la sombra, para luego emerger mansamente en la otra orilla, habiendo tirado todas las bolsas de arena del estrés y de los deberes. Extraño despertar en la tibieza de mi cama junto a la ya distante sensación del reposo profundo.

24.10.07

son las siete

en la penumbra abro mi puerta, el frío afuera me perturba un poco, hago escalones abajo hasta dar con la loza y enfoco al único auto gris del complejo, un zumbido me indica acceso, el ordenador al suelo, las llaves en una pequeña hondura antes del pedal, los anteojos, el horrendo aviso de cinturón, la curva hacia la izquierda, la esquina de discos pare múltiples, cinco cuadras, dos luces y se abre la explanada del parqueadero, los jardineros que terminan su labor, una hoja se bate y al unísono un equipo de aire fija su soplido en mi cabeza mientras atravieso el umbral, una sirena tizada embellece el lugar que huele a tostado, y la barra me pregunta if my doppio, yes, my starter please, un par de billetes, un cartón reciclado, la silla junto a la ventana, mis párpados estirados, el naso haciendo su mejor tarea, mi boca entreabierta y la cafeína que se tiende poco a poco mientras mi nuca se acerca deliciosamente al cristal que sujeta al resto de mi cuerpo, unos pocos segundos, inspiro lentamente el aroma africano que me envuelve y me saca de ahí, hasta que se pierde el embrujo y mi cuello se vuelve, las venas me pulsan, mis piernas me levantan y mi pecho le quita un montón de aire al lugar, apenas antes de que mi día comience

son las siete

18.10.07

Ella decía al cerrar su libro, ¿Cómo puede alguien desvestir sus heridas al mundo de aquel modo? Allí donde escribir duele con más ahínco, allí es donde el autor me obliga a ingresar. El talento tiene mucho de valentía, no hay don que no acarree cierto suplicio.

Suscribo plenamente con su sensibilidad; ser capaz de poner un latido a disposición de tu referente y conseguir que éste se alinee en él, es un arte sublime. Cómo me gusta que un cineasta me lo haga, qué tremendo goce es hallarlo entre las letras de un libro.

7.10.07

segundos

Es loco porque aquí pasa todo tan lento que se pueden ver hasta los segundos. Mira, ahí va uno, ¡plin!, se desbarató todo. Allá va otro dando al curva, buou-uou-uou, una gelatina informe. A este que viene acá le voy a tomar el tiempo porque los segundos de ahora vienen gastados, ya no tienen las piernas de antes, están repajeros. Claro, este ya está pasado para ser segundo, si tarda más que la señora Delia cuando intenta darle al botón correcto para recibir una llamada que viene con un grito ahogado desde el tercer fondo de su cartera hace ya unas cuantas cuadras. Con razón el día se estira como el plástico fresa que une la suela del zapato con el asfalto cuando el paso se torna incómodo. Este otro segundo viene hecho mierda, se ve por sus hombros caídos y esa panza descuidada. Así, se pueden contar todos ellos, al punto que ya junto veintiocho mil seiscientos doce, pero claro, me estoy quedando dormido, porque comienzo a enredarme y a perder la cuenta. Corro el riesgo de que, en una de estas, se apague todo y empiece repentinamente mañana, mal no estaría. Espero que entonces, estas fracciones de tiempo amanezcan menos soñolientas. Mucho sería pedirles el vértigo de un monoplaza rampante de maranello, como normalmente transcurren las cosas en los despertares de domingo, así los prefiero yo, al menos. A esta secuencia habría que meterle gas, porque sino, no habrá triana que vea la otra orilla.

3.10.07

piano piano si va lontano

Colombia, en el agua
Brasil, on the way

Here we go!!!!!