26.4.07

Una crónica veloz reza ‘proyecto minero daña glaciares de alta montaña’
El dinero hoy, la sed de mañana
El indio nunca buscó el oro y amó su tierra. El blanco ninguna de las dos y aún no alcanza su hartazgo ni felicidad, pero sí la amargura del indio.

La crónica permanente reza ‘cuerpos, golpes, diversión pagana, desprecios mutuos’, y sigue así la rueda
La masa se distrae, el rico saca el oro, el obrero se resigna, el indio llora silenciado, la tierra se empobrece, las sonrisas se apagan, los corazones se endurecen.

El hombre ha quitado la mirada en sí mismo. No le importa ya su propio ser, pero no se da siquiera cuenta. Mientras cava su propia tumba mira para el lado sin notarlo
y no despierta

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